El Maquillaje como Herramienta – Maquillaje con Aerógrafo

Monika Antero   →   Blog   →   El Maquillaje como Herramienta – Maquillaje con Aerógrafo

Estoy muy entusiasmada con la incorporación del servicio de maquillaje con aerógrafo a mi estudio.

Por si este tipo de maquillaje te suena raro, te contaré algunas de las bondades de un buen maquillaje con aerógrafo:

  • Proporciona un acabado impecable, ya que es pulverizado a través de una “pistola” que deposita el producto sin necesidad de tocar el rostro.
  • Tiene una cobertura alta o total cover.
  • Su principal ingrediente, la silicona, deja un acabado mate que se puede controlar según el modo de preparar la piel.
  • Es ideal para foto y vídeo.
  • Es a prueba de agua o waterproof, así es que estarás a salvo de los estragos que pueda ocasionar una gran cantidad de lágrimas rodando por tus mejillas.
  • Es, por lo tanto, resistente al sudor. Perfecto para los calurosos días de verano.
  • También cuida tu piel gracias a su contenido en vitaminas A y E.

¿No te parecería genial poder llevarlo el día de tu boda?

Entonces, ¡ya sabes!, si quieres lucir más perfecta que nunca, pide cita para tu maquillaje con aerógrafo para novia y pruébalo a un precio especial de lanzamiento.

Ben Hur 1922

Dicho esto, la verdad es que llevo unos días dándole vueltas a cómo es que hemos llegado hasta la aerografía en el maquillaje. Puede parecer algo novedoso pero ya en 1922, el aerógrafo, fue utilizado para maquillar a los actores de la película Ben Hur.

A principios del s. XIX apareció la primera cámara de fotos y a finales, el cinematógrafo. Aquellas fotografías y películas en blanco y negro, que apenas mostraban detalle, han dado paso a la alta definición HD (High Definition) y 4K, que es capaz de cuadruplicar la definición que nos ofrece el HD. Comprenderás que la arruga, el granito o la mancha, que antes pasaban desapercibidos, ahora cobran vida ante nuestros ojos.

Es aquí cuando el uso de un maquillaje a prueba de lupa no es solo recomendable, sino necesario, aunque, en mi opinión, arrugas, pecas y granos, nos hacen más auténticos y humanos. Estas imperfecciones nos hablan de nuestra naturaleza y nos recuerdan que la piel es un órgano (el más grande del cuerpo) que está vivo y que tiene sus cosillas. Pero volviendo al tema del maquillaje… un poco de historia.

De todos es sabido que el maquillaje es una práctica que viene de lejos (y no lo digo por la distancia). Ya en la antigüedad, tanto mujeres como hombres, se maquillaban, bien para distinguirse de otros, bien para embellecerse o por motivos religiosos y culturales.

Han pasado miles de años y hemos evolucionado (bueno, algunos más que otros). La tranquilidad de sentirnos seguros, a salvo de posibles depredadores, la abundancia de alimento y la etapa tranquila que, a nivel geológico, vive nuestro planeta, han dado paso a la creatividad más exacerbada, la tecnología y la industrialización. Hemos creado herramientas, productos y técnicas específicas para seguir adornándonos y así sentirnos más bellos.

Los egipcios, fácilmente reconocidos por su peinado y maquillaje, utilizaban, para embellecer sus ojos, una especie de Kohl cuyo propósito puede que no fuera el mero adorno, sino la salud, la protección frente a las bacterias y algunos males de origen esotérico. Se reducían a polvo carbón, minerales y frutos secos y se mezclaban con aceites y resinas. Así se conseguían tonos negros e incluso verdes.

Si bien en aquella época no existían los selfies, sí los grabados y los bustos, es decir, la intención de dejar una impronta en el futuro. Tal vez así surgió la idea de dotar de movimiento a aquellas imágenes estáticas y, tal vez, una cosa llevó a la otra y surgió el cine y la Metro y la Twentieth Century Fox. El cielo del Hollywood de los años dorados estaba repleto de rutilantes estrellas del celuloide deseosas de dar su mejor imagen y, para que así fuera, no podía faltar la figura del maquillador.

Marilyn Monroe

Ser maquillador en aquel período, donde todavía había muchas cosas que inventar, debía ser algo fascinante. Allan “Whitey” Snyder, maquillador personal de Marilyn Monroe, utilizaba vaselina para iluminar algunas zonas de su fotogénico rostro (strobbing) y todas las actrices lucían un contorneado (contouring) para afinar sus facciones. Como ves, nada nuevo bajo el sol.

Perseguimos un propósito. Queremos ser más guapos, más perfectos, aunque esto se aleje de lo que somos en realidad (¿será la propia imperfección, perfecta en sí misma?) Parece que para conseguir una piel lisa y uniforme, estamos incluso dispuestos a sacrificar nuestra propia salud.

Ya las mujeres del imperio romano usaban un maquillaje, hecho a base de plomo, que blanqueaba sus pieles y más tarde, en el siglo XVI, las inglesas hacían casi casi lo mismo. El caso es que este “cosmético” producía despigmentaciones en la piel (no las que conocemos hoy en día por efecto del sol y las hormonas, sino manchas grisáceas), pérdida del cabello y podredumbre en los dientes. Pero cuantas más manchas, más polvos y más ganas de verse mejor y de encajar en el estatus de la sociedad del momento, así se murieran.

Afortunadamente la industria cosmética se ha empleando a fondo y más aún desde que la mujer comenzó a emanciparse. Aunque, cada dos por tres, salen noticias alertando del riesgo de usar según qué productos, la verdad es que nunca fue tan seguro ponerse una crema o pintarse los labios. Superado este tema, hemos hecho de la aplicación de estos mejunjes, un auténtico y agradable ritual que, en muchos casos, ha dejado de ser una obligación para convertirse en una devoción.

Aún así, los resultados distan mucho de esa piel perfecta que nos vende la publicidad a golpe de Photoshop. Su misión parece ser la de crear la necesidad de comprar cosas que, la mayoría de usuarios de a pie, ni siquiera sabe usar (véase pre-bases o primers, productos de acabado y sellado, brochas de pelo natural o sintético, esponjitas convencionales, de silicona, Beauty Blenders…)

Si esto es así en la calle, imagina por un momento cómo será en el terreno nupcial, donde la novia tiene que estar perfecta en todo momento, así la vapuleen. Se buscan productos y técnicas que mantengan el maquillaje impoluto durante muchas horas. Da igual las veces que le besen, que llore, que sude, que ría… el maquillaje debe permanecer en su sitio. Pues para eso, precisamente, ha venido el maquillaje con aerógrafo.

 

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